domingo, 5 de junio de 2011



La ciudad imaginada.

La noche entiende
mi latir presuroso.
El aire es cómplice
de los secretos que guardamos
tras las ventanas.
Las paredes me sujetan
tenaces al hastío.
Mi mente es un reloj.

En esta lucha contra mí
las emociones me traen
y me llevan.
Tu silueta se recorta
en la habitación.
Sombra, adorada sombra
que perseguí insistente.
Nos tocamos entre el humo
que exhalabas distraído
y en la angustia
de mis temores.
No quiero descubrirte.
Mas allá de tu mirada
la noche se extiende.
Pasa como un beso
sobre la ciudad imaginada.

3 comentarios:

Iván Tapia CONTARDO dijo...

Muy buen poema. Hay una complicidad entre la noche y el hablante, más especificamente los latidos de su corazón. El aire también es aliado de los secretos de la intimidad de una relación sentimental. Sin embargo, como en la mayoría de los textos de la poeta, el clima cálido es de pronto intervenido por el dolor y la soledad: "Las paredes me sujetan / tenaces al hastío. / Mi mente es un reloj." En lo espacial, la habitación es como una celda aburrida; en lo temporal, está atada a una rutina incrustada en su propia mente. Además es presa de la emocionalidad. La pareja es sólo una sombra que la hablante ha seguido obsesionada. El encuentro entre ella y él se produce en un ambiente difuso, como una niebla proveniente de ellos mismos. A esta altura el encuentro es angustioso, hay temor de descubrir al otro y prefiere hundirse en la noche, en la oscuridad, es decir no verlo. Todos estos sentimientos y sensaciones vienen a ser tan efímeros como un beso que ocurre en algún lugar de la imaginación. Los pronombres personales que protagonizan esta escena de amor ausente o presente, son un yo, un tú y un nosotros. Los mudos espectadores de la escena: la noche, el aire, las ventanas y paredes, la habitación a oscuras, y una ciudad tal vez irreal. Da la impresión que el motivo del amor tampoco es real, cuando dice en sus versos centrales, los más dramáticos, "Sombra, adorada sombra / que perseguí insistente." El planteamiento de fondo parece ser que el amor entre dos personas muchas veces suele ser sólo una quimera, una de las tantas "sombras" que los humanos perseguimos en medio de nuestra soledad.

Marina Tapia Pérez dijo...

me encanta este poema. Sus elementos visuales, el reloj, el humo. No deje de escribir!!! sabe que tiene aquí ( en los madriles, pero cerquita)
una lectora, admiradora y , si usted quiere, "opinadora" je siempre a mano. Besos y espero venga pronto para compartir, también, una buena tarde de poesía.
la quiere
su hija

clelia figueroa bernal dijo...

hola soy tu prima kelly de chile, quiero saber como estas, escribeme al correo de mi nieta Conyvidal95@hotmail.com para saber de ustedes, muchos saludos de parte de claudia, tulin, jonathan, y tu prima que te recuerda con mucho cariño, se me perdio la direccion que me diste la ultima vez, vivo en viña del mar, chile. saludos y espero que nos podamos comunicar por mail.

Anhelos

Anhelo un día luminoso
de verde seda teñido

nubes caminando el cielo
con pasos silentes

quiero acostarme en la hierba
y soñar
contemplativa alegre
mientras los dedos del aire
acunan mi alma

abro otros ojos
mas blancos
mas dulces

el día circula apacible
dentro de mí





mujer sumergida

mujer sumergida
pintura mia que refleja la busqueda en el interior del subconciente