Hay tardes grises
que son cristales empañados,
el aire hace cabalgar las hojas.
Los pasos son huellas,
caminos poblados de sombras,
cada hoja con su historia,
cruje,
melodía lastimera
de ocres esparcidos,
como estrellas en un fondo
de asfalto y tierra.
Las que el viento aún no desprende
en su afán de vanagloria
se mecen en la cuna de la noche.
2 comentarios:
¡Me alegro que haya creado un blog, mamá!Es usted una poeta muy buena (es hora que así lo sienta) y siga por este hermoso camino de la búsqueda de su voz. No deje de colgar nuevos textos. Un gran abrazo desde Madrid. Marina
Un poema muy evocador. Expresa con belleza el sentimiento otoñal. Besos desde Madriz.
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